viernes, 30 de noviembre de 2012

ARSENAL DE CARTAGENA

Cuando era niño, la calle donde vivía en el casco antiguo de Cartagena, se llenaba por la mañana temprano de obreros que iban de paso hacia su trabajo en el cercano astillero, bazaneros los llamaban.
Bazaneros… una forma de nombrar a los trabajadores de la Empresa Nacional Bazan, que tenía una de sus factorías en Cartagena, específicamente en el antiguo mar de Mandarache. Antes de llegar a ser la empresa Bazán, veamos como transcurrió desde su inicio la industria naval en esta ciudad.
Tras más de 250 años, el Arsenal de Cartagena sigue siendo un referente dentro de la historia naval y militar española, se decidió su ubicación en esta zona de la costa murciana dada su situación privilegiada y estratégica, un puerto natural estimado por los marinos como uno de los más seguros, habiendo jugado un papel importante como punto de entrada y salida de las variadas culturas y civilizaciones que se asentaron aquí.
Todo nace con la real orden de 5 de julio de 1728, por la cual se otorga a Cartagena la categoría de Capital de Departamento Marítimo.
Reinando Felipe V y siendo Ministro de Marina Zenón de Somodevilla y Bengoechea, Marqués de la Ensenada, el 20 de febrero de 1731 se inicia la construcción del primitivo Arsenal, que tuvo no pocos reparos, modificaciones y cabezas rectoras durante los cincuentas años que duran las obras. El proyecto inicial es del ingeniero Alejandro Res, no pudo llevarse a cabo por su fallecimiento, continuó la obra el Ingeniero militar Sebastián Feringán y Cortés, con múltiples variaciones en planos,  que comunicaba semanalmente al Almirantazgo en Madrid; Juan Bautista French le sustituye en la dirección de los trabajos desde junio de 1738, todo el mundo que interviene en el proyecto quiere dirigir la obra, y el 22 de febrero de 1739 llega el nuevo ingeniero, Esteban Panón, que llevaria más tarde en 1747 las obras de reforzamiento de las murallas de Valencia. En mayo de 1749, vuelve de nuevo Feringán desde Granada para hacerse cargo de las obras.
Como en esta zona del mar de Mandarache se encontraba el aliviadero de la rambla de Benipila, el primer problema que tuvo que solventar Feringán fue desviarla hacia la Algameca Chica, construyendo un canal de 1700 metros y 65 metros de anchura que llevara las aguas, y evitar así posibles inundaciones, además de que estas podían cegar la nueva dársena que se pensaba excavar en el delta del aliviadero de la rambla.
En el antiguo delta se excavó la dársena militar, un rectángulo de 550 X 318 metros y calado de 9,5 metros que unida a la bahía constituyó el nuevo puerto de Cartagena.
Contorno de la excavación en el Mar de Mandarache, según plano de Feringán.
En 1756 se finalizan las obras de los dos diques secos, los primeros y mayores que se hacían en el Mediterráneo de estas características. Mientras tanto Feringán desarrollaba otros proyectos, una de sus obras, poco conocida, es el diseño de la nueva portada de la catedral de Murcia,(llevandose a efecto, salvo pequeñas variaciones por el arquitecto Jaime Bort). A su muerte, en 1762, Feringán sería sustituido por Mateo Vodopich, ingeniero militar italiano que había sido su segundo. 

                                    1764 Plano de Vodopich con las obras a esa fecha. Archivo de Simancas
 El 18 de julio de 1772, es nombrado Inspector General de Arsenales el Teniente General Don Pedro González de Castejón, comenzando el proceso de militarización de los Arsenales. Acabados los Muelles, Almacenes de madera y aparejos, talleres de arboladura y fabricación de jarcias, cuarteles para presidiarios y forzados a galeras, tres gradas y dos diques secos, se disponían de los servicios imprescindibles para atender las necesidades de la Armada.

Recreación Arsenal terminado. Museo Naval. Madrid
Se acaban las obras del Arsenal el 31 de enero de 1782, reinando Carlos III, con un coste total de 112.284.648 de reales de vellón (*), siendo el complejo industrial más importante de la cuenca mediterránea, trabajando diariamente miles de personas tanto en la construcción, como en el mantenimiento de las unidades navales de la Marina Real.
Navío "San Genaro" similar al "Velasco". Museo Naval.
El primer barco que se bota en este arsenal es el jabeque Galgo, en el año 1750, y el primer navío de 58 cañones es el Tridente, entregado en 1754.
Hasta finales de este siglo XVIII se construyen 21 navíos, 17 fragatas y más de medio centenar de bergantines, jabeques, urcas, etc. No siempre fueron fáciles los trabajos en esta época, ya que el arsenal no estaba completamente terminado, un ejemplo fue el navío de línea “Velasco” de 68 cañones, botado el 18 de agosto de 1764, su construcción se vio retrasada por la falta de materia prima, por lo que se tuvo que recurrir a una partida de madera llegada de Rumania para terminarla.
Durante el reinado de Isabel II, en 1849, se acometen importantes obras de ampliación que duraron 17 años, que incluyeron tres gradas horizontales, un dique receptor y otro flotante.
En 1889 se electrifican los talleres y edificios administrativos, iniciándose la construcción de un dique seco de grandes dimensiones entre 1896 y 1902, capaz de carenar buques de transporte de 12.000 toneladas.

1897 Crucero Lepanto en el Dique
En 1909, parte de la zona industrial es cedida a la Sociedad Española de Construcción Naval (SECN), para ser explotada, bajo contrato, al servicio de la Armada. Esta empresa llamada “La Naval”, monopolizó la construcción naval en España hasta la guerra civil de 1936, y eran propietarios mayoritarios dos empresa inglesas,”John Brow” y “ Vickers-Amstrong”, participando también capital español, representado por el marques de Comillas y el conde de Zubiri. La SECN podía construir buques para otras Marinas o a particulares, pero dando siempre prioridad a los pedidos de la Armada española. 
Salida de la SECN al muelle de la ciudad
Esta nueva empresa inicia la construcción de 16 destructores de la clase Churruca, los tres primeros fueron Churruca, Alcalá Galiano y Sánchez Barcáiztegui que fueron botados en mayo de 1925 y julio de 1926. En 1917 se pusieron en quilla los seis submarinos de la Clase B, y en 1923 otros seis submarinos de la Clase C, además de dos buques petroleros.
Destructor Lepanto, serie Churruca
Al término de la guerra civil en 1939, SECN pierde su contrato, que va a ser controlado por el Estado, creándose el Consejo Ordenador de Construcciones Navales Militares (COCNM), haciéndose cargo de las unidades que estaban pendientes de finalizar.

Gradas horizontales 1, 2 y 3 del COCNM
En 1947 a iniciativa del INI, se crea una sociedad estatal española, la Empresa Nacional Bazán de Construcciones Navales Militares S.A. dedicada al sector de la construcción naval militar, pero con el inconveniente de depender de tecnología extranjera.

Gradas horizontales Bazán

Campana N.Sra.Belén
Con posterioridad, Bazán empezó a desarrollar sus propios proyectos de buques, construcción de motores diesel con licencia alemana, además de otros trabajos para la marina mercante, fundición de las campanas para la catedral de Murcia (“San Antonio 138 kg.” “Sta. Eulalia 275 kg” “Ntra Sra. De Belén 1272 kg” “La Grande 296 kg”), etc.

En el año 2000 nace IZAR, como resultado de la fusión entre Astilleros Españoles (AESA), sociedad que aglutinaba los astilleros públicos civiles y la Empresa Nacional Bazán como astilleros militares.

En diciembre de 2004 la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), máxima accionista y gestora del grupo, decide la segregación de la rama militar de Izar, creando en marzo de 2005 la sociedad NAVANTIA, orientado a lograr una mayor eficacia empresarial.













Despues e tantos cambios, veremos que nos depara el futuro para este Arsenal casi tricentenario.

Gerentes Arsenal de Cartagena:
1731 -1909 Dependencia militar exclusiva
1909 -1939 Sociedad Española de Construcción Naval
1939 -1947 Consejo Ordenador de Construcciones Navales Militares
1947 - 2000 Empresa Nacional Bazán de Construcciones Navales Militares S.A
2000 - 2005 Izar
2005 -  ¿?    Navantia

NOTA - Lamento haber puesto tantos enlaces externos, pero dada la terminología marinera creo era necesario para una mayor comprensión de los visitantes de este Blog. Gracias.
Para los interesados en conocer más sobre los navíos de linea de la Armada española:
http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Nav%C3%ADos_de_l%C3%ADnea_de_la_Armada_Espa%C3%B1ola

Bibliografia:

- http://www.armada.mde.es/
- "La industrialización portuaria de Cartagena: su proceso y perspectivas".
   José Luis Andrés-Sarasa. Universidad de Murcia
- "El arsenal de Cartagena: patrimonio de la historia industrial naval española".
   María Griñán Montealegre, Mª Dolores Palazón Botella.Universidad de Murcia
- "Fuentes para el estudio de la historia naval: los fondos del archivo general intermedio de la armada en Cartagena".
  Cristina Roda Alcantud. Universidad de Murcia.
- "Cartagena: el arsenal ilustrado del mediterráneo español".
  José Patricio Merino
- Archivo de Simancas. Archivos estatales del Ministerio de Cultura.
- Fotografías obtenidas de diversas paginas de la Red

(*) Fuente: Estado General de la Armada, 1848, Apéndice, cuadro entre pág. 16-17.

viernes, 16 de noviembre de 2012

PUERTAS DE SAN JOSÉ - CARTAGENA

La entrada a Cartagena en la antigüedad, se hacia desde el istmo, siendo la única entrada posible al estar el resto de la ciudad rodeada por el agua, por un lado el mar y por otro el estero o almarjal, actualmente desecado y edificado.

Escipión "El Africano"

 La puerta de paso a través de las primitivas murallas, estaba ubicada al inicio de la calle San Diego en su conjunción con la Plaza de Bastarreche. Este lugar tuvo un gran protagonismo en el año 209 a.C., en la 2ª guerra púnica, al iniciar en esta zona Publio Cornelio Escipión “El Africano” su breve sitio, con la subsiguiente rápida conquista de la joven Kart-Hadašt cartaginesa, fundada por Asdrúbal en el 228 a.C. Tras la toma de la ciudad, se repararon las murallas, dejando sólo dos puertas llamadas del Mar (situada en la playa, lo que hoy serian las cercanías del ayuntamiento-calle Bodegones) y la de Tierra (la situada en el istmo), enlazando esta última con la vía Augusta y el camino que llevaba hacia las minas de plomo y plata de La Unión.

Idealización urbana siglo I d.C. (Museo Arqueológico Municipal)
Tras el ocaso del dominio romano, y el posterior amurallamiento de la villa en una posición más cercana al centro urbano, ocasionó la retirada de la población y el consiguiente abandono de este terreno del istmo. Las investigaciones arqueológicas realizadas, prueban que la Cartagena antigua ocupó una mayor extensión que la población del siglo XVI. Desde la Carthago-Nova romana (conocida también por Cartago Spartaria y Cartago Skombraria), su posterior destrucción por los visigodos en el s. VII, el paso de bizantinos (llamada Justina y también Carthaginem), de los musulmanes (Qartayannat-al-Halfa), las tropas levantinas de Jaime I, y posteriormente los castellanos (Cartageña o Cartagenia), originó que Cartagena en la época medieval quedara reducida a una pequeña población con menos de quinientos habitantes, que habitaban al amparo de su fortaleza del monte de la Concepción.
En el siglo XVI, era extramuros del recinto urbano el terreno comprendido desde la actual plaza de la Merced, hasta el cabezo de San José (Aleto en época romana), nombrado como “arrabal de San Jusepe”, por encontrarse en el citado montículo la ermita de San José, fundada a principios de 1500. En la ladera que desciende hacia Cartagena se edificó en 1606 el monasterio de Franciscanos Descalzos, poniéndose bajo la advocación de San Diego, empezándose a denominarse a partir de este momento a todo este área “arrabal de San Diego”.
Frente al cabezo de San José, se encontraba el cabezo de la Cruz (denominado Crono por los romanos), en el área existente entre uno y otro no existía ninguna puerta, pese a ello, el pueblo llamaba a este espacio “Puerta de San José”, ¿rememoración de la puerta existente en la antigua muralla púnica?. Desde aquí nacía el Paseo de Delicias que encaminaba a Santa Lucia, estas obras del paseo se llevaron a cabo en 1758, siendo Corregidor el Conde Ricla.
 En esta época, la puerta existente era la de San Gines (A), en las murallas de Felipe II, al inicio de la actual calle del Duque; recibiendo este nombre por salir de ella el camino a la pedanía de San Gines de la Jara (Dehesa del Lentiscar), además de conducir a la Dehesa de Escombreras, a los Alumbres Nuevos y a Orihuela.



Muralla de Felipe II - 1600 (Alfonso Grandal)
 
El aumento de población en los años de 1700, y el encorsetamiento que provocaban estas murallas, impedía la adecuada transformación urbana de la ciudad. Como pieza fundamental del plan de defensa del Arsenal y de la plaza de Cartagena, Carlos III promovió otras murallas más alejadas de la urbe, que constaba de tres puertas principales, las del Muelle, Madrid y San José, esta última ubicada en la zona entre los dos cerros antes citados de San José y La Cruz. Para proceder al levantamiento de este paño de la muralla con su puerta y cinco bóvedas, que formaban el conjunto correspondientes al cuerpo de guardia con sus servicios anejos, fue necesario el desalojo, derribo y la consiguiente indemnización a sus propietarios de varias casas, y trasladar de sitio la ermita de San José, de la cual se conserva la cripta para enterramientos, incrustada en los vestigios de la antigua muralla púnica, a la que se accede actualmente por la escalera original, tratándose del único resto que nos queda de la Ermita. Siendo desde ese momento la Puerta de San José la principal zona de acceso a la ciudad histórica. 
Plano de José Ordovás - 1799
Al existir solamente una puerta, no era suficiente para el transito que por ella había, por ello, por una Real Orden del 18 de junio de 1866 se mando edificar otra puerta junto a la existente, por lo que se transformó en una entrada doble, siendo su fachada de piedra labrada y adornada con remates de bolas de piedra, con un escudo heráldico, también labrado en su parte superior. ¡Ya se podía decir “Puertas de San José”!.
Plano de julio de 1772 donde se aprecia una sola puerta

Boceto de las dos puertas
Esta zona fue asimismo una de las que más sufrieron el bombardeo de las tropas sitiadoras, con motivo de la insurrección cantonal (1873-74), hay fotos de la época con la muralla medio derruida y los cañones que disponía en su parte superior, esparcidos en el suelo entre los escombros.
En la parte inferior izquiertda hay un cañon en el suelo - 1874

Doble puerta de San José inicio siglo XX
Vista de las puertas de San José desde la ciudad, calle de San Diego.
 Al haber perdido las murallas su interés defensivo en 1891, y siguiendo las normas dictadas por el nuevo plan urbano que contemplaba el derribo de parte de ellas, así como de las tres puertas de acceso, su Majestad el Rey Alfonso XIII firmó una Real Orden el 14 de mayo de 1902 autorizando la demolición. El Ayuntamiento no tardó mucho en aplicarla, ya que a los tres días se derribó la primera piedra en las Puertas de Madrid con un zapapico de plata por el entonces alcalde D. Angel Bruna Egea.

En el año 1916, las Puertas de San José fueron las últimas en derribarse, se mantuvieron dos de las cinco bóvedas que formaban el conjunto, y que correspondían al cuerpo de guardia. Los materiales demolidos fueron numerados y depositados en el almacén municipal, donde fueron desapareciendo gradualmente. Las estructuras que se conservaron y respetuosamente rehabilitadas por el arquitecto municipal, se utilizan actualmente como oficinas del Centro de Información Turística, teniendo su acceso por la calle san Diego.

Bibliografía:

- Discurso de la Ciudad de Cartagena. Francisco Cascales. 1597.
- Enciclopedia Espasa.
- Historia de las calles de Cartagena. Federico Casal Martínez. 1930.
- Historia de Cartagena. Juan Soler Cantó. 1990.
- Puertas de Cartagena. Juan Soler Cantó. 2002.
- http://www.cocin-cartagena.es/cartur03.htm
- Archivo de Simancas