miércoles, 12 de diciembre de 2012

PLAZA DE LA MERCED - EL LAGO

En Cartagena, donde está acentuada la costumbre de los motes, y como decía D. Isidoro Valverde “al cartagenero no le gusta llamar a las cosas por su nombre”, muchas veces no prosperaban las decisiones políticas del cambio de rotulación para las calles o plazas, y las gentes del lugar siguen llamándolas por el nombre que sus mayores le transmitieron.
Sirva como ejemplo la calle Sagasta, que es Jabonerías (también llamada calle de los Padres), la plaza de los Carros es la plaza de Alcolea. Caso similar ocurría con la calle del Beneficiado del siglo XVI, nombrada posteriormente del Olmo, a mediados del XVIII en la documentación municipal aparece como Duque de Osuna, en 1912  a raíz del asesinato del Presidente del Consejo de Ministros se acordó darle el nombre de Canalejas, pero pese a tantos cambios la gente seguía llamándola calle del Cañón, su nombre actual, como reminiscencia de una vieja pieza de artillería que el Concejo Municipal colocó al final de la calle a últimos del siglo XVII.
La actual plaza de la Merced, ha tenido también una amplia variedad de denominaciones: Esta plaza en 1632, era conocida como "Plazuela de San Diego", dado que el espacio donde estaba construida se denominaba "Arrabal de San Diego", es decir, el terreno comprendido desde la muralla de los Austrias hasta el Convento de San Diego, edificado en 1606. Esta zona era conocida a finales del s. XVI como “Hoya de Heredia”.
Plano 1598 Leopoldo Sánchez y Joaquín Alcaraz
Como digo, en 1632 la municipalidad deseando tener una gran plaza pública, en esta zona compra casas y solares, allanando y rellenando el terreno, y crea una plaza con una fuente pública que se surtía del cercano manantial de San Juan.
En una reunión del Cabildo Municipal Cartagenero del 17 de septiembre de 1708, se leyó un escrito del Obispo de Cartagena, Cardenal Belluga, donde recomendaba una petición de los religiosos del Hospicio de San Julián, para trasladarse a unas casas de su propiedad en la citada plazuela de San Diego, y evitar la posibilidad de ataques de corsarios o berberiscos. Concedió el Ayuntamiento su licencia para este traslado, fundando ese mismo día, los religiosos citados, el Convento de Nuestra Sra. de la Merced. La plaza que quedó, tomo este nombre, donde celebraba Cartagena la feria de agosto, y a partir del año 1854 dicha feria fue trasladada a la plaza de San Francisco.  

1784 según Zappino de Esteve
Al proclamar las Cortes de Cádiz la Constitución, el año 1812, una Real Orden mandaba que todas las ciudades, villas y lugares de la nación, llamaran a su plaza principal "de la Constitución". La plaza de la Merced era donde se había dado a conocer el nuevo Código, y se colocó una tabla con el nuevo nombre. Pese a ello, el pueblo seguía llamándola "de la Merced". En 1814 dicha tabla fue rota a balazos y quemada. Al proclamarse por segunda vez la Constitución tras el alzamiento de Riego, los vecinos solicitaron al Ayuntamiento se colocara una placa conmemorativa, accediendo la Corporación el 19 de Marzo del mismo año. En 1823 se deroga la Constitución por segunda vez, cambiándose de nuevo el nombre por el de "Plaza Real". El cambio de placa se tuvo que hacer con nocturnidad, para evitar que los constitucionales pudiesen organizar algún motín.
En 1834, una revuelta popular destroza la lápida con el nombre de Plaza Real, y el uno de enero del año siguiente, el Gobernador Militar ordenó que se aplicara el nombre de "Isabel II" a la plaza múltiples veces bautizada. El pueblo no aceptó tal denominación, y siguió llamándola de la Constitución y otras veces de la Merced.

Antigua Casa de Expósitos, hoy desaparecida
En 1857 quedó constituida la Casa de Expósitos en esta plaza, sustituyendo a la Casa de Recogidas del siglo XVIII, donde por medio de un torno se depositaban a los niños abandonados.
Corría el año 1864, cuando el Ayuntamiento proyectó instalar en el solar del desaparecido Convento de Padres Mercedarios un teatro, pero sólo fue eso, un proyecto, y autorizó en cambio la instalación de un circo de títeres, almacenes y un reñidero de gallos.
En 1873, queriendo el Ayuntamiento conmemorar la actual forma de gobierno, La República, acordó llamarla "Plaza de la República Federal" (para siempre jamas, aparece en el acta).
Con motivo de la Revolución Cantonal entre 1873 y 1874, esta plaza tambien sufrió los bombardeos por parte de las tropas del general López Dominguez, antes de la rendición de la ciudad.

1874 Plaza de la Merced tras los bombardeos de las fuerzas Centralistas
A finales de la década de 1870, se transforma la plaza en un bello jardín, según proyecto del ingeniero jefe de los Plantíos y Jardines de Madrid D. Eugenio de Garagorza, con una pequeña balsa central. El cartagenero que siempre busca cambiar el nombre a las cosas, la bautizo con el nombre de "Lago Salado" (de donde procedería el nombre más comúnmente conocido "plaza del Lago").
Tras estos avatares, volvio a recibir su antiguo nomnbre "de la Constitución".
En 1880, se demolieron los restos del antiguo monasterio de Mercedarios, y se construyó una plaza de abastos, mercado de aves y pescados, propiciada por el industrial D. Ricardo Spottorno. que a raiz e la desamortización de los monasterios, habia adquirido el solar en subasta pública.

1912 Plano de Julián Saez
Cuando esta quedó sin uso, sirvió más tarde para instalar una sala cinematográfica, el Gran Salón Sport, y posteriormente bautizada como Cine Central. 


Patio de butacas del Cine Central
Tras la Guerra Civil, esta plaza se rebautizo con el nombre del fundador de Falange Española "plaza de José Antonio". Al pasar varios años tras la instauración de la democracia, volvio a recibir su primitivo nombre PLAZA DE LA MERCED.
Hay en esta plaza, un edificio del arquitecto Tomas Rico Valarino, conocida como la casa de Celestino Martínez. 

1900 Casa Celestino Martínez
Según los expertos, dicen que esta obra fue clave para la difusión del modernismo en la Región de Murcia. La fachada es un enlace de piedra, ladrillo y cemento visto; sin olvidar el clásico balcón y mirador, pero en los laterales de este se observa la adopción de una forma cóncava, novedad que se impondría en otros edificios de Cartagena. Es una curiosidad el enorme rosetón que culmina el mirador del tercer piso.


 1901Palacio de Aguirre

En 1901 se termino de construir en la esquina con la calle de San Diego, la casa-palacio para el rico minero Camilo Aguirre, que posteriormente, tras la contienda civil de 1936-39 acogió la sede del Frente de Juventudes y la emisora-escuela Radio Juventud de Cartagena. En la actualidad es sede del Museo Regional de Arte Moderno.

También tiene esta plaza un monumento, inaugurado el cuatro de abril de 1926, dedicado al Comandante Villamartín (Cartagena 1833-Madrid 1872), obra del afamado escultor José Capuz.

El cartagenero Francisco Villamartín Ruiz de la Peña, que llegó al grado de comandante, tras una amplia experiencia castrense, obtenida no sólo en el campo de batalla (fue herido en 1856, cuartel de San Pablo, Barcelona) también como escritor especializado en temas militares ("Nociones del Arte Militar", "Historia de la Orden de San Fernando", "Historia de las Ordenes de Caballería", "San Lorenzo del Escorial", etc.), publicando asimismo gran cantidad de artículos en periódicos militares y políticos; fue nombrado Caballero de la Orden de Carlos III, como recompensa por sus escritos militares.
Esta plaza tuvo un gran ambiente, sobre todo las tardes de los domingo, al estar ubicada en ella la delegación del Patronato de Apuestas Mutuas Deportivas Benéficas, en la conocida “Bodega Juanito” regentada por D. Juan Pérez Iniesta, y en su fachada se colocaba una gran pizarra donde iban apareciendo los resultados de los partidos de futbol jugados en la jornada del domingo, y la correspondiente quiniela del boleto 1-X-2.

4 de marzo de 1962, quiniela 1-X-2
 En la esquina con la calle del Duque, estaba la “cafetería Puerto Rico”, donde solía reunirse la afición del Efesé (Cartagena FC) antes de su partido en el estadio del Almarjal , viéndose una procesión de aficionados ascender por esta plaza hacia la calle de San Diego dirigiéndose hacia el estadio blanquinegro.
En la acera sur, ejercían su trabajo varios betuneros, y de niño me acuerdo cogíamos los envases metálicos grandes de betún vacíos que tiraban, y tras taparlos nos poníamos a jugar a “la lata”, como si fuera una pelota.
Había una gran palmera, por su altura de 31 metros y medio, que se mecía enormemente los días de viento; me acuerdo de pequeño quedarme asombrado, al ver cuando subían a su copa para podarla, y el hombre encaramado hacia esfuerzos para no caerse, mientras tanto un guardia urbano apartaba a la gente de los pies de la palmera para no recibir el impacto de las hojas que caían. Un 31 de octubre de 2004 a consecuencias de un fuerte viento huracanado, la famosa palmera con dos siglos de existencia, fue abatida partiéndose su largo y delgado tronco.

La vieja farola central en la actualidad
 La plaza tenía mucho ajetreo de viandantes, habían muchos comercios que la rodeaban, recuerdo Viajes Egea, con Anita vendiendo los billetes para Cabo de Palos, y las cercanas playas del Mar Menor. La casa de huéspedes o pensión La Valenciana, los quioscos de prensa de Carmelo y de Miguel. Enfrente del Cine Central estaba el quiosco de la familia de Plácida.
Y hay un precioso evento que se repite todos los años en esta antigua plaza, el tradicional encuentro de la madrugada del viernes santo marrajo, siendo muchas veces imposible presenciarlo dada la enorme cantidad de público que desea estar presente.



1960 kioscos de prensa y helados

1969 Cambio de estilo de los kioscos
Pero pese a todos los nombre que ha tenido este lugar, esta plaza seguirá siendo “El Lago” para los cartageneros.

 Bibliografía:
- Cartagena y su entorno. Isabel Olmos Sánchez. 1989.
- Historia de las calles de Cartagena. Federico Casal. 1930.
- Cuentos de Cartagena. J. Mediano Duran. 1988.
- Cartagena 1874-1936. F. Javier Pérez Rojas. 1986.
- Cartagena ciudad mediterránea. Manuel Ponce Sánchez. 1998.
- Ermitas y cosas de Cartagena. Ernesto Ruiz Vinader.
- Crónicas cartageneras para el siglo XXI. José Monerri Murcia. 2003.
- http://www.salganando.es

3 comentarios:

  1. Excelente artículo. Has sabido dar una línea argumental fluida y rica en detalles del Lago.
    El guardia urbano al que llamábamos Hiro-Pito, por su frágil envergadura, semejante al emperador de Japón, nos llamaba la atención cuando poniamos "perrachicas" en las vías del tranvía para transformarlas en "perragordas".
    Saludos

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    1. Gracias por el elogio, tengo abandonado el blog por diversos motivos, quiero retormarlo en breve, ya que me "fortalece" en mis recuerdos de niñez.
      El guardia urbano, más conocido por HiroPito, como personaje pintoresco de aquella Cartagena, tiene varias anecdotas, tanto quitando pelotas a los niños que jugaban en la Plaza del Rey, como aquella en la que paró al Almirante en su coche particular y le pidió la documentación. Al enseñarñe la cartera, al lado del permiso de conducir estaba su carnet militar. Al verlo le preguntó si era el Almirante Jefe de la Región. Ante la respuesta afirmativa, HiroPito se cuadró saludandole con su mano derecha en la visera de la gorra con un "A sus órdenes mi Almirante", y acto seguido "los papeles del vehículo, por favor"...

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  2. ¿Se conoce más información sobre el complejo conventual y la iglesia de la Merced? Un cordial saludo, gracias por sus aportaciones.

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